¿Te pasa que has comido y a la hora quieres comer de nuevo? ¿Terminas de cenar pero necesitas comer un dulce antes de dormir, o incluso te levantes en la noche? Y posiblemente te estés preguntando qué pasa si comes a cada rato.
Puede estar pasando dos cosas. La alimentación que llevas no es la adecuada, o normalmente esto suele pasar en ciertos momentos del día, o situaciones muy concretas, pero que no muchas veces se es consciente de ello.
Esto es lo que se suele llamar ansiedad por comer.
¿QUÉ CAUSA LA ANSIEDAD POR COMER?
Lo primero de todo es saber a qué llamamos ansiedad. No hablamos de trastorno o crisis de ansiedad en estos casos. Cuando alguien dice que tiene mucha ansiedad y esto le impide alimentarse saludablemente se refiere a comer a cada rato o unas ganas locas de comer aquello que sabe que no es lo más idóneo.
Siempre digo que no somos robots, y una buena muestra de ello es que nuestras emociones juegan un papel importante en nuestra alimentación. Por tanto, lo que pasa cuando nos referimos a ansiedad por comer es que comes a cada rato llevado por tus emociones.
¿CÓMO AFECTAN LAS EMOCIONES A LA ALIMENTACIÓN?
Si comes a cada rato puede ser signo de que son nuestras emociones las que comen por nosotros. También es posible que sea por la alimentación que llevas, pero de esto ahora te hablaré.
Las emociones son reacciones que experimentamos ante un estímulo. Este estímulo puede ser el olor a pan recién hecho o el encuentro con amigos por un evento especial. Como ves, estas emociones pueden ser «buenas» o «malas». Ante ese estímulo actuas comiendo. ¿Pero es realmente lo que necesitas?
Este tipo de hambre más emocional difiere del hambre real, el hambre que te entra cuando necesitas comer para obtener energía.
Conoce más sobre la alimentación emocional en el artículo «¿Qué es la alimentación emocional?» de Nutricoles.
¿Por qué da hambre en la noche?

Entonces te preguntarás, ¿por qué te da tanto hambre en la noche?. Y es que aunque las emociones influyen en nuestra alimentación haciendo que comamos sin tener hambre, o comamos de más, en otras ocasiones es algo repetido y que nos crea malestar. Puedes sentir que pierdes el control, que por más que intentes resistirte, terminas comiendo aquello que no debes. Haciendo luego que te sientas mal contigo mismo y culpable.
El problema no está en que comas emocionalmente. El problema está en que esas emociones se adueñen de ti. Me explico mejor.
Como te comentaba, las emociones son reacciones antes un estímulo. Antes ese estímulo nuestro cerebro busca una recompensa. Por ejemplo, llegas a casa tras un día duro y estresante. ¿Qué necesitas?
Posiblemente comer no. Pero si en algún momento lo has solucionado con comida, porque ¡Me lo he ganado!, seguramente lo que hayas elegido no es lo más sano, y te hayas ido a por algo dulce. El azúcar se ha visto en estudios que da placer. Actúa en los mismos puntos de placer que las drogas o el sexo. Así que de este modo, el cerebro aprende que ante un nuevo estímulo como ese, recurrirá a recordarte de nuevo aquello que comiste.
Es decir, estás pagando con comida una emoción que necesita gestionarse de otra manera, como puede ser un baño relajante, o unos minutos de meditación, o una sesión de boxeo…algo que te relaje.
¿Y por qué te suele pasar de noche? Por que es cuando bajas la guardia. Durante el día con la vida que llevamos tienes la mente en el trabajo, estudios, actividades, etc. Pero al llegar ese momento de relax en casa, es cuando esas emociones no se van, y aparecen con más fuerza.
¿CÓMO SABER SI TENGO ANSIEDAD POR COMER?
Para saber si es hambre real o hambre emocional te voy a dar unos tips:
- El hambre real aparece poco a poco y va creciendo. La «ansiedad» o hambre emocional es ¡Lo quiero ya, no puedo esperar!
- Si es hambre emocional te apetece comer alimentos muy calóricos y palatables. En cambio, si es hambre real, de verdad, te comes la manzana, las verduras y lo que sea.
- Con el hambre emocional se llega a perder el control, sin respetar tu saciedad pudiéndote sentir después con malestar y con culpa. Con el hambre real paras cuando estás saciado.
Si quieres saber más no te pierdas el artículo “Hambre emocional en tiempos de coronavirus” donde te cuento más sobre el hambre emocional.

¿CÓMO ACABAR CON EL HAMBRE EMOCIONAL?
Para poder solucionar algo lo primero es hacerlo consciente. Por ello, antes que nada tienes que pararte a escucharte, y saber si lo que estás sintiendo en ese momento es hambre de verdad.
Si es hambre emocional, reflexiona y pregúntate, “¿Cómo me siento? ¿Qué necesito realmente? ¿Cuándo me pasa? ¿En qué situaciones?
Hacerte estas preguntas puede darte muchas pistas, para buscar alternativas. De esta forma, reprogramaremos al cerebro para que cuando se repita ese estímulo de nuevo, directamente te haga recordar en aquello que te ayuda a solucionarlo sin recurrir a la comida. Por ejemplo, si crees que lo que necesitas es relajarte, puedes hacer una lista con aquellas cosas que te relajan. O si es aburrimiento, una lista con posibles actividades que te distraen y te divierten como puede ser llamar a un amigo, leer, salir…
NO TODO SON EMOCIONES
Pero podemos encontrarnos el caso de que no sólo estés comiendo llevado por las emociones. Puede ser que sea hambre de verdad, hambre real.
Esto suele pasar cuando la alimentación no es saludable y se abusa de ultraprocesados. Estos alimentos son ricos en grasas y azúcares.
Este exceso de azúcares o incluso edulcorantes, hace que la apetencia por el dulce no desaparezca, llegando incluso a querer cada vez más.
Además, uno de los efectos que tiene el azúcar es que crea un pico de insulina para poder sacar, por así decirlo, ese azúcar de la sangre. Esto hace que al igual que se produce un pico, al rato tengamos la bajada y volvamos a tener hambre.
Un problema añadido es que ese azúcar no sólo es el visible que puedes añadirle al café, si no el escondido que a no ser que leas la etiqueta del producto, no sabes que lo lleva. Por ello es tan importante hacer una adecuada lectura e interpretación de las etiquetas.
BUENA GESTIÓN DE EMOCIONES Y ALIMENTACIÓN SALUDABLE
Como conclusión te diré, que la mejor forma para no comer a cada rato cuando son las emociones las que mandan, es hacer una buena gestión de las emociones. Si no puedes hacerlo por ti mismo, un psicólogo puede ayudarte y darte las herramientas para hacerlo.
Pero además, es imprescindible llevar una alimentación saludable, contar con una despensa saludable, y hacer una adecuada lectura de las etiquetas nutricionales, puede ayudarte a sentir más saciedad durante más tiempo. Además de escuchar tu cuerpo y respetar tu sensación de hambre y saciedad.
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