Hambre emocional en tiempos de coronavirus

hambre emocional en tiempos de coronavirus

Llegaron los momentos más temidos con el asunto del coronavirus, aparte de la enfermedad en sí. Llegaron los días de confinamiento en los que tenemos que estar en casa encerrados. Y una de las consecuencias que puede traer el estar encerrados estos días por el coronavirus es el hambre emocional.

De repente te dicen que tenemos que permanecer en casa durante 15 días mínimo pero que al final se amplía a unas semanas más, y sólo puedes salir cuando no te quede más remedio para evitar estar expuesto y propagar el coronavirus. Habrá quien lo lleve mejor, pero estar encerrados entre cuatro paredes con o sin familia, puede convertirse en algo desesperante.

Esta situación puede dar pie al comer emocional. Quizás no ayude nada el haber llenado nuestras despensas con víveres como si se fuera acabar el mundo, y ante tal situación provocada por el encierro, nuestras emociones se encuentran a flor de piel.

¿QUÉ ES EL HAMBRE EMOCIONAL?

El hambre emocional o comer emocional es la ingesta de alimento en respuesta a una emoción, ya sea negativa o positiva. Es decir, usar la comida como pago o alivio de una emoción. Imagínate la típica escena de las películas en las que tras una ruptura sentimental se cogen el helado más grande de chocolate del congelador y a comerlo mientras se ve alguna película romántica y se desahogan llorando.

Es un claro ejemplo de comer emocional. Buscas el helado como la tirita para una herida emocional, pero que es sólo momentánea, pues después aparecerá la culpa por haberte comido todo ese helado.

Esta forma de actuar puede ocurrirte con diversas emociones sin tener que ser negativas. También puedes comer cuando estás feliz como es una celebración, como en las bodas. Podemos no tener hambre, o estar ya saciados, pero vamos a seguir comiendo por el hecho del mismo evento.

Cuando estos episodios se repiten con frecuencia, donde lo vamos a notar más fácilmente va a ser en el peso. Pero dado que a por lo que recurrimos es a por alimentos muy palatables y calóricos, es decir, nada saludables, ponemos también en riesgo nuestra salud.

hambre emocional en tiempos de coronavirus

¿TENGO HAMBRE EMOCIONAL?

A continuación te dejaré unas preguntas para que te hagas en momentos en los que quieres asaltar la nevera o despensa:

  • ¿Lo quieres ya y no puedes esperar a cocinarte algo?
  • ¿Lo que quieres comer es poco saludable y no te vale una manzana?
  • ¿Hace poco que has comido, por lo que no entiendes porqué quieres comer?
  • ¿Te aparece siempre después de un pensamiento, hora o situación concreta?
  • Cuando al final terminas comiendo «eso» ¿lo haces hasta terminar porque no puedes parar?
  • ¿Te sientes mal y culpable después de comer?

Si has respondido si a estas preguntas, estás comiendo llevándote por tus emociones, y no por tu hambre.

¿QUÉ HAGO SI MIS EMOCIONES COMEN POR MI?

En estos días en los que el coronavirus nos tiene encerrados en casa, el hambre emocional puede que se agrave si ya lo teníamos de antes. O quizás nos haya aparecido a raíz de esta situación.

Lo primero para poder ponerle solución es hacerlo consciente. No podemos solucionar ni arreglar nada que no sepamos del problema. Por tanto, aprovecha este tiempo para conocerte más y preguntarte por ejemplo lo que te comentaba más arriba.

Anota en qué momentos te pasa, y qué pensamiento es justo el que te viene a la mente antes de querer atacar la nevera. Esto puede darte muchas pistas. De esta forma, podrás reflexionar sobre lo que quieres tapar y de verdad necesitas.

Una despensa preparada y saludable te ayudará a reducir el impacto en caso de no controlarlo y caer en ello. Si aunque ya lo has hecho consciente y sabes cuándo y por qué te pasa, pero aun así terminas comiendo, adelántate. Cocina versiones más saludables, o compra otras opciones sanas que puedan calmarte de la misma forma.

En caso de no conseguirlo por sí mismo, acude a profesionales. En estos días, somos muchos los que ofrecemos servicios online para seguir ayudando. Puedo ayudarte a gestionar el hambre emocional buscando alternativas más saludables a través de consulta online. Y si las emociones son más fuertes y estás medidas se quedan cortas, no dudes en buscar la ayuda de un psicólogo.

Si quieres saber más sobre el hambre emocional, te recomiendo este artículo.

Son tiempos duros, pero ¡podremos con ello!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *