¿AZÚCAR O EDULCORANTE?
Hoy quiero hablarte sobre lo que nadie te ha dicho de los edulcorantes. Y es que en el anterior post te hablaba sobre los efectos del azúcar y por qué debíamos evitarlo.
Una de las alternativas cuando decidimos dejar el azúcar es sustituirlo por edulcorante. Pero, ¿por qué tampoco lo recomendamos los nutricionistas? Hace unos años se pensaba que eran cancerígenos. Se demostró que no era así. Sin embargo, eso no quita que tengan otros efectos.

¿SON INOCUOS LOS EDULCORANTES?
No son inocuos, aunque sus efectos no sean tan conocidos como los del azúcar, tienen sus consecuencias:
- Son mucho más dulces que el azúcar, por lo que no ayuda a la hora de educar al paladar y acostumbrarnos al sabor real de los alimentos.
- No adelgazan. De hecho, es posible que hasta se engorde, ya que pensamos que tiene menos calorías y hace que comamos más cantidad.
- Incrementan el apetito. Debido a ese alto sabor dulce, el cerebro va a pedir más, activando la sensación de hambre.
- En nuestro organismo viven millones de bacterias. Es lo que se mañana microbiota. Tiene que haber cierto equilibrio entre bacterias «buenas» y «malas» para que nuestro organismo funcione correctamente. Una microbiota alterada tiene relación con la obesidad, nuestro sistema inmune dando pie no solo a más tendencia a enfermar y coger un resfriado, si no a padecer enfermedades autoinmunes como Hipotiroidismo, esclerosis múltiple, psoriasis, etc. Además, hay más predisposición a alergias e intolerancias alimentarias. Y ¿Sabéis que se está viendo que puede contribuir a alterar nuestra microbiota? Sí, los edulcorantes.
- Son adictivos. El sabor dulce da placer, y ya se han hecho estudios donde se ha visto que el azúcar puede ser tan adictivo como la cocaína o el sexo. Activa los mismos puntos de placer que estos, pero no sólo el azúcar, si no el sabor dulce en sí. Y en los edulcorantes, este umbral de sabor es mucho más potente que el azúcar.

¿SOLUCIÓN?
La única solución es adaptarse al sabor real de los alimentos. Claro que no es fácil cuando ya estamos acostumbrados al dulce. Por eso es tan importante que a los niños no se les ofrezca estos sabores. Si empezamos desde pequeñitos será mucho más fácil. Pero si ya hemos conocido estos sabores de azúcar y edulcorante, hay que empezar poco a poco. Siempre teniendo en cuenta en qué nos va a costar menos cambiar, y bien, ir reduciendo cantidades poco a poco, o con paciencia ayudándonos de alternativas.
En estas también estarían los edulcorantes, pero solo como algo temporal, siendo un paso intermedio. En mi caso concreto, hace 3-4 años que dejé de tomar azúcar con el café. Soy poco cafetera, por lo que yo sin azúcar, poco café iba a tomar. En mi caso, si que reduje durante una semana a una cucharita de azúcar solo, añadiendo más leche de lo normal. Como a la semana aproximadamente, probé por no echarme nada de azúcar.
A día de hoy, en los bares, a no ser que esté muy fuerte, puedo tomármelo sin hacer uso del sobre de azúcar. Pero este cambio no fue sólo, también hay que tener en cuenta el que tomamos escondido, como en el tomate frito, (haciendo nosotros la salsa, o comprando alternativas saludables como este o este), el pavo y fiambres, pasta y harinas blancas….Y cómo cada persona es un mundo, y tenemos una situación diferente, es cuestión personal los cambios por los que puede empezar cada uno, y por dónde puede empezar y se ve capaz.
Pero os animo a que no desistáis. En poco tiempo podréis empezar a notar sus resultados.