¡Feliz Año y Felices Reyes! Y bienvenidos esos propósitos de año nuevo.
¿Cómo habéis pasado estas fiestas? ¿Os han traído muchas cosas los reyes? Tal vez ahora mismo estéis degustando del último trocito de roscón o turrón mientras anotáis vuestros propósitos para este año con aquello que siempre se suele decir: «El lunes ya empiezo con mis nuevos objetivos», o «El lunes empiezo ya la dieta»… Es cierto que por estas fechas, en cada comienzo de año nos sintamos ilusionados y con fuerzas reforzadas para empezar esos cambios que tanto deseamos. Y entonces hacemos una lista con los propósitos de año nuevo.
Pero solemos cometer un error. Muchas veces empezamos a engrosar esa lista de buenos propósitos de una forma ciega con objetivos inalcanzables o llamados al fracaso ya que no es nuestro momento.
Por ello, aquí van mis consejos para realizar una lista de propósitos y que funcione.
VISUALÍZATE
Lo primero de todo, busca un momento para ti y cierra los ojos e imagina cómo te quieres ver. Qué apariencia tienes, qué sientes, qué cosas haces normalmente, cómo actúas…. Es importante que este punto no lo pierdas en todo el proceso. ¿Has escuchado alguna vez eso de «cuidado con lo que se desea porque puede hacerse realidad? Pues digamos que no es que sea así tal cual, pero mantendrá vivo el propósito.
¿QUÉ TE SEPARA DE ESA MEJOR VERSIÓN DE TI MISMO?
Ya has visualizado a tu mejor versión. El siguiente paso es ver qué necesitas para llegar a ello. Puede que sea adelgazar, cuidar tu alimentación, tonificar, moverte, descansar más, aprender aquello que tienes tantas ganas, …. y apúntalo en un papel.

SÉ REALISTA
De nada sirve poner propósitos en los que no cuentas con las herramientas necesarias, o hay factores que no dependen de ti para conseguirlo. Esto sólo hará que lo abandones y termine apareciendo la frustración al mirar la lista sin haberlo conseguido. Por lo tanto, debe ser un propósito real, alcanzable, objetivo y medible.
ADELÁNTATE A LOS IMPREVISTOS
No todo va a ser fácil. Con total seguridad se te presenten obstáculos que te dificulten el camino, puede que sea cansancio, mala organización, dudas, familia, trabajo, etc. Adelántate a ello y busca las posibles soluciones. Es muy importante que nos focalicemos resolver y buscar opciones y no darnos por vencido a la primera.
PASO A PASO
Ahora que ya tienes el propósito definido, con los posibles inconvenientes y sus soluciones, es momento de desglosar los pasos a dar para que sea más fácil poder seguirlo. Digamos que del propósito principal haremos pequeñas tareas o metas.
Por ejemplo, si has decidido empezar a comer más sano, unas tareas a realizar sería pueden ser: Deshacerse de la comida basura que tenemos en casa (incluido los polvorones que sobran), decidir fijar un día de la semana para crearnos el menú semanal, decidir un día de la semana para hacer la compra y cocinar varios platos que nos sirvan, etc. Así, el ir poco a poco cumpliendo los diversos puntos nos hará sentir mayor gratitud, y no agobiarnos.
Por otro lado, no hace falta que lleves a cabo todos tus propósitos a la vez. Es mejor empezar por aquellos que actualmente tienes más confianza en poder llevarlos a cabo, es decir, centrarte en uno o dos, y poco a poco seguir con otros. Ir de nada a todo solo nos llevará al agobio, a esa sensación de no poder con todo.
No nos olvidemos que no tenemos porqué llegar cuánto antes a la meta. Con haber dado el paso y no desistir ya estaremos más cerca de conseguirlo.
Os dejo mi plantilla para escribir vuestros propósitos que podéis descargar pinchando en la imagen.
Sin nada más por el momento, pongámonos manos a la obra. Y si quieres acompañarme a este proceso de cambio, no dudes más y suscríbete a mi blog. Pronto más noticias y consejos.
¡Hasta pronto!